Patrones, patrones everywhere

Cuando alguien me pregunta cómo he aprendido a coser, la respuesta corta es muy sencilla: cosiendo. Pero no por ciencia infusa, por supuesto, sino gracias a los patrones, a sus instrucciones y a internet que está al alcance de la mano para explicarme qué es exactamente rematar, una costura francesa o las formas de hacer un dobladillo. Es lo que hay cuando no se procede de una estirpe de costureras.

Sin embargo, tengo que reconocer que sin patrones no soy nada. Tanto para hace ropa como peluches, para mí son imprescindibles. Y gracias a ellos he podido aprender muchas técnicas y nociones de costura que de otra manera hubieran sido más difíciles de conseguir.

¿Pero dónde conseguirlos? Si conocéis un poco el mundillo, seguro que os sonará la revista Burda, que ha abastecido de patrones a generaciones de costureras, pero no es el único camino (por no hablar que las instrucciones para los no iniciados pueden sonar a chino).

Principalmente hay tres maneras de conseguir patrones: comprando una revista de patrones, comprando los patrones de forma individual en sobre y comprando o descargando gratuitamente los patrones en PDF para luego imprimirlos. Cada forma tiene sus más y sus menos, y dependiendo de cada cual quizás os queráis decantar por una u otra. Sin embargo, ya me hubiera gustado saber a mí cuando empecé a coser cuáles eran las principales diferencias.

Patrones de revista

PatronesBurda
La hoja de patrones de Burda y sus instrucciones

En cualquier quiosco medianamente decente en España se encuentran. Burda Style y Patrones son las más habituales, aunque no las únicas. Vienen con un buen número de patrones por un precio muy económico, pero no los podemos elegir. Así que sí, nos hacemos con unos 40 patrones de blusas, faldas, vestidos y pantalones por unos 5 euros, pero si no acabamos cosiendo ninguno, nos acaba saliendo caro.

Calcar la hoja de patrones (que ocupa bastante) ya requiere bastante paciencia, pero en muchas ocasiones las instrucciones son incluso más difíciles de descifrar. Todavía me acuerdo cuando me aventuré a hacer un camisero de Burda y no entendí cómo se «montaba una manga». Si no se sabe coser nada en absoluto o muy poquito, las instrucciones de Burda (o de la Patrones) no son nada sencillas de comprender.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte ha aparecido la revista Moda de Pasarela, que recopila patrones de la estadounidense Simplicity con márgenes de costura incluidos (lo que para mí es una ventaja) y diagramas en las instrucciones. Sin embargo, ¡la hoja de patrones es aún peor que la de Burda!

Patrones de sobre

Algunos patrones de sobre de Simplicity, McCall's, Butterick y Vogue.
Algunos patrones de sobre de Simplicity, McCall’s, Butterick y Vogue.

No son tan habituales y, tengo que reconocer, que solo los he comprado un par de veces en tienda (la zona de mercería del John Lewis en Londres). Sin embargo, en bastantes tiendas de tela o mercerías en España se puede encontrar catálogos de Burda. Mi experiencia se reduce a los patrones americanos e independientes, por lo que obviaré los de Burda en mi explicación y mi centraré en los de las cuatro grandes (Vogue, Butterick, McCall’s y Simplicity) e independientes (Colette, Sewaholic, By Hand London, Megan Nielsen, etc).

Indie patterns
Patrones de sobre independientes

Mientras que con los de revista hay que armarse de paciencia con el papel cebolla y calcar, en este caso podríamos simplemente cortar los patrones, siempre teniendo en cuenta que nunca podremos hacer una talla más grande si es ese el caso. Las instrucciones son más detalladas y vienen con diagramas, pero suelen ser en inglés. En algunos casos, algunos patronistas se han lanzado a traducir sus patrones a otros idiomas como es el caso de Colette al francés o Sewaholic al francés y al español.

Patrones digitales

¡Ay, qué grande es la satisfacción inmediata de comprar el patrón, imprimirlo y ponerse a coser! No es tan gracioso cuando hay que pegar con celo un buen número de páginas y cortar los márgenes (que se ponen para que el pdf sirva tanto para medida A4 como la estadounidense). Suelen ser más baratos que sus versiones en papel (exceptuando, si acaso, la versión digital de los patrones de Burda Style, que suele salir bastante más caro que comprarse la revista).

En mi caso, solo he probado patrones digitales de patronistas independientes, como Megan Nielsen, By Hand London o Closet Case) y la experiencia ha sido buena. Ahí no tengo reparos para cortar el patrón, porque volver a imprimirlo me da menos pereza que calcarlo.

Como podéis comprobar, hay una variedad inmensa de patrones disponibles para la costurera aficionada (y esta es solo una pequeña parte de todo ese mundillo). Además, webs como Pattern Review o Patrónpedia ofrecen comentarios sobre esos patrones para poder ir más allá de la foto de catálogo.